lunes, 22 de octubre de 2012

CAMBIO DE NATURALEZA Y DE DESTINO


SERIE VIDA ABUNDANTE

CAMBIO DE NATURALEZA Y DE DESTINO

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; la cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”(2°Cor. 5: 17).

Cambio de naturaleza y de destino, ¿será posible? En la Palabra de Dios se señala que es posible.

Hay dos formas de vernos a nosotros mismos, dos formas de apreciarnos. Una es como nosotros nos vemos a nosotros mismos, y otra como los demás nos ven. Es como si existiesen dos naturalezas en nosotros. Cada una de ellas va a surgir de acuerdo a las palabras que escuchamos.

En Mateo 16: 13 -17, Jesús pregunta a sus discípulos, ¿Qué dice la gente acerca de mí? Hay varias respuestas. La gente se formó un concepto de él. La gente decía de él algo que creían que él era. Pero el concepto de la gente estaba errado. Cuando pregunta: “Y ustedes, ¿qué dicen que soy?” Entonces Pedro se adelanta a contestar: Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente. ¡Bien Pedro! Pero eso no te enseñó alguien sino que te lo reveló mi Padre.

Esto indica que la gente puede tener una apreciación de ti y Dios otra. Una cosa es lo que la gente dice de Jesús, y otra es lo que Dios dice de él. Para Jesús era más importante lo que Dios decía de él. Nos hemos acostumbrado a que lo somos  es lo que otros nos han dicho que somos. Lo que alguien dice de mi, ejerce mucha influencia en mi apreciación.  Por ejemplo, si usted constantemente le dice a su hijo que es torpe, es probable que termine creyendo que es torpe. Pero si le dice que es un ganador una y otra vez, lo más probable es que termine comportándose como tal.

Hay un personaje en la Biblia que recibió palabras que marcaron su vida; primero de su padre, y después de Dios para sus descendientes. Se grafica así un cambio de destino.

 

I.                    Jacob habla de Isacar. (Gén. 49: 14 y 15)

Su padre habla de él como un burro fuerte, que en vez de trabajar pasa recostado en los lugares de descanso, y le gustó el descanso. No tenía un espíritu trabajador, le gustaba admirar la naturaleza y no quiso llevar carga, que suspiraba por otras cosas.  Así lo vio su papá, como un hombre flojo con muchas ilusiones, y le señala un destino: “Y sirvió en tributo”.  En otras palabras, será esclavo, siervo, dependiente de otros, no será empresario, siempre empleado. No le ve otro destino. No será un triunfador.

Que apreciación negativa es que un padre compare a su hijo con un animal de carga y que además lo ve como un flojo. Y así lo declara en un momento solemne cuando al final de sus días los va a bendecir. ¿Qué habrá pensado Isacar? La visión que tiene su padre de él no es nada de positiva.  Ahora, esta apreciación obedece a las conductas y comportamientos de este hijo en el pasado y que el padre proyecta hacia el futuro. Pero ningún ser humano tiene dominio del futuro, entonces son sólo apreciaciones o presunciones con más o menos fundamentos.

Las palabras eso sí ejercen influencias. Lo que escuchamos condiciona nuestras acciones. Si recibes palabras de aliento que reafirman tu autoestima, eso afectará positivamente tu vida. Por el contrario, si recibes palabras de desaliento, menoscabará tu autoestima y eso afectará negativamente tu vida. Te dará pena, rabia, amargura, etc.

El oír es el sentido más sensible en cuanto a nuestra autoestima; por eso oír es importante. “La fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios”. Nuestra fe se alimenta por lo que oímos. ¿Qué pasa si lo que hemos escuchado acerca de nosotros mismos fueron palabras negativas? Nos cuesta creer que Dios quiera hacer grandes cosas con nosotros, ¿verdad?.

La gente sólo puede hablar de ti cosas que tienen que ver con tu pasado, pero Dios puede hablarte de tu futuro. Jacob le habló a Isacar de su pasado y proyectó un futuro en base a eso. Pero se equivocó.

 

II.                  Dios habla de Isacar. (Deut. 33: 18 y 19)

Ahora el que está hablando y bendiciendo es Dios a través de Moisés. Isacar no fue lo que su padre dijo que sería, Dios tenía otro destino para él. Ya no es ni un burro ni un fracasado, ahora Dios lo ve:

·         Con “tiendas”. Es decir, establecido, seguro.

·         “Llamarán a los pueblos a su monte”. Habrá gente que querrá vivir en su territorio, porque es buena tierra, de oportunidades.

·         “Su monte”. Habla de dominio, de influencia y autoridad.

·         “Sacrificio de justicia”. Es un pueblo que agrada a Dios, temeroso y con presencia del Señor en medio de ellos.

·         “Abundancia de los mares y tesoros escondidos en la arena”. Está hablando de un pueblo próspero, que tiene más que suficiente.

¿Aprecian un cambio? Un padre terrenal ve un destino para ese hijo, pero el Padre celestial tenía otro mejor. Los padres nos podemos equivocar con respecto a nuestros hijos; y los pastores también. Pero Dios no.

El apóstol Pablo dice que en parte conocemos o profetizamos porque no sabemos todas cosas (1°Cor. 13:9), pero Dios que sabe todas las cosas tiene la visión completa de nuestro destino.

¿Qué ha hablado la gente de ti? Lo más importante es saber que es lo que Dios dice de ti. ¿Qué nos dice Dios? “Que somos más que vencedores”, “Amado yo deseo que seas prosperado en todas las cosas…”, “He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

Tienes un Padre en los cielos que tiene un destino mejor para ti. Él desea bendecirte.

A lo mejor tu gran dolor es que pocas veces escuchaste palabras de ánimo o aliento de tus padres. O en cambio, sólo recibiste de ellos reproches o palabras que te hirieron. Y eso dejó un vacío emocional profundo en ti, y ahora siente que tu corazón está seco, pero ahora Dios quiere que escuches su voz, la voz de un padre que te ama y desea lo mejor para ti.

La gente sólo  conoce tu pasado, por las cosas que haz hecho y lo que haz hablado, pero Dios conoce tu futuro. Puede que tu pasado esté contaminado, pero tu futuro está limpio. Puedes vivir un cambio de destino. Dios puede hacer que las cosas sean diferentes y nuevas para ti.  Ríndele al Señor tu futuro, Él hará cosas nuevas y asombrosas contigo.

No escuches las palabras que la gente diga de ti, escucha y cree lo que Dios habla de ti. Lo que la gente ha dicho de ti, lo más probable, es que este errado. Dios tiene una mejor apreciación de ti.

Recuerda, en Cristo hay una nueva naturaleza y un cambio de destino para ti.

Amén.

NO DEJAR DESIERTA LA CASA DE DIOS


SERIE VIDA ABUNDANTE

NO DEJAR DESIERTA LA CASA DE DIOS

Lectura bíblica: Hageo 1: 2 -11  y Hebreos 10: 23 – 25.

Habrá momentos en nuestra vida en los cuales viviremos sequía o escases. Serán momentos en que trabajaremos con más empeño, con mucho esfuerzo para compensar esos momentos y sin embargo no alcanzarán para lograr satisfacer nuestras necesidades y sueños.

La Palabra de Dios dice: ”Siembran y cosechan poco. Comen pero no se sacian, beben pero no quedan satisfechos, se visten pero se abrigan lo suficiente; y pareciera que lo que ganan es como si lo pusieran en un saco roto”. ¿Por qué? La respuesta divina es: “Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa”

¿Qué había sucedido? Al regresar del cautiverio, el pueblo de Dios quiso reconstruir su Templo, pero sus enemigos lo impidieron, y por esa razón dejaron de lado ese proyecto y cada cual se dispuso a construir su casa, dejando así abandonada la Casa de Dios.

“Casa desierta”, significa lugar sin gente, sin ministros, sin sustento.

“Correr a su propia casa”, es decir buscar refugio en mi casa.

Las Escrituras en cambio dicen: ”Torre fuerte es el Nombre de Jehová; a él correrá el justo, y será levantado” (Prov. 18: 10). El Templo no era sólo un lugar de adoración también era un lugar de refugio. Hay una relación entre la bendición de Dios y Su Casa.

¿Qué es la Casa de Dios?  Para el judío es el Tabernáculo o el Templo, pero representa mas que eso, era el lugar en donde Dios habitaría, en donde se manifestaría su presencia; el lugar en donde estaría Su Nombre. Dios es Emmanuel (Dios con nosotros). Él en medio de su pueblo.  Entonces Casa de Dios es un lugar de Encuentro. Dios en medio de su pueblo.

Somos Casa de Dios cuando nos reunimos para invocar Su Nombre, para alabarle, adorarle, y para refugiarnos en Él. Había un gozo especial en ser parte de la Casa de Dios.

“Casa” implica familia , hogar. Ser de Su Casa es ser parte de su familia, de su hogar (Salm. 122: 1).

La Casa de Dios representa gozo, fortaleza, protección. Cuando Jesús se perdió de sus padres, estos lo encontraron en el Templo. ¿Dónde fue Jesús para protegerse? A la Casa de Dios. La Casa de Dios es más que un lugar físico, sino que es el lugar en que Dios reconoce y identifica a su Pueblo. Mantenerse ligado a la Casa de Dios es fuente de bendición, pero alejarse de ella era motivo de maldición y sequía.

Ahora veamos el Nuevo Testamento. Casa de Dios aquí es tomado en un sentido Cristológico, Cristo es el Señor de la Casa. Casa de Dios ahora es al Iglesia. “Donde hay dos o tres congregados en Mi Nombre, ahí estaré en medio de ellos”, Dijo Jesús.

¿Cuál es el mandato de la Palabra para nosotros hoy? “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque  fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y  tanto mas, cuando veis que aquel día se acerca” (Heb. 10: 23 – 25).    No podemos dejar de congregarnos, esta actitud es fuente de bendición y de vida abundante. 

Cuándo dejamos de congregarnos, o dejamos desierta la Casa de Dios, ¿Por qué lo hacemos?

1.-  Por perder el gozo y la alegría por dificultades y pruebas. Nos dejamos deprimir porque las cosas  no salen como lo esperamos. Las Escrituras dicen que el diablo anda como león rugiente alrededor buscando a quién devorar. ¿Saben cómo cazan los leones? Asustan a una manada, para provocar que en la confusión un integrante de ella quede solo, y entonces le dan caza. ¿Qué espera el diablo? Que en las pruebas te deprimas y te aísles de los hermanos en la fe. ¿Qué debes hacer? No corras a tu casa, sino que corre a la Casa de Dios. Casa de Dios es el lugar de oración, de refugio, de gozo y fortaleza para tu espíritu. ¿Qué hizo Jesús cando se vio abandonado de sus padres? Fue a la Casa de Dios.

 

2.-  Perder de vista que somos Templo del Espíritu Santo. En Efesios 2: 19 al 22, leemos que somos morada de Dios en el Espíritu. La promesa del Espíritu Santo no descendió en forma individual en Pentecostés, sino en la congregación. El Espíritu Santo mora en la congregación de los santos y fue enviado para hacer vivo a Cristo en la Iglesia.

Si tienes un enfermo en casa, ¿qué debes hacer? Llévalo a la iglesia, eso es fe.  Vivimos una vida muy individualista y cómoda. Esperamos que la iglesia venga a mi casa, cuando las Escrituras dicen que nosotros debemos correr a la Casa de Dios. “…a él correrá el justo, y será levantado”.

 

3.- Por perder el sentido de Pacto.  Su Casa o la Iglesia es la sede terrena, o una especie de embajada de los Cielos aquí en la Tierra, en donde los salvos son edificados como casa espiritual para llevar a cabo la Comisión del Señor. Cada uno de nosotros debe ser un sostenedor de esta Casa.

Pacto, significa : Dios me da y yo le doy a Él. Es una relación de dar y recibir; de recibir y dar. Dios suple mis necesidades y yo le entrego mis diezmos y ofrendas. Dios ve mis ofrendas y diezmos, y me da lo que necesito.

Dejar de congregarnos es olvidarnos del Pacto, es abandonar Su Casa.

 

4.- Por perder la esperanza del retorno de Cristo.  Por afanarnos por obtener las cosas de este mundo, corremos el riesgo de perdernos en la corriente de este mundo y no estar preparados para el día de la Venida de nuestro Señor. La Casa de Dios pasa a ocupar un lugar secundario frente a los afanes nuestros, y la venida del Señor  se ve como tan lejano e irrealizable. Si pierdes de vista la venida de Cristo, la santidad de tu vida se irá perdiendo también, “El tiene esta esperanza en Él, se santificará a sí  mismo”.

 

Concluyendo, si quieres tener una Vida Abundante, alcanzar la vida plena prometida por Jesús; entonces acuérdate de Su Casa. Ama el lugar donde Él ha puesto Su Nombre. Ama la congregación de tus hermanos en la fe. No la dejes desierta, sostenla para que los cielos estén abiertos sobre ti y fluya la bendición abundante de Dios sobre tu casa.

sábado, 6 de octubre de 2012

HONRANDO A DIOS CON LAS PRIMICIAS


SERIE  VIDA  ABUNDANTE

HONRANDO A DIOS CON LAS PRIMICIAS

“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto” (Proverbios 3: 9 y 10).

Si personalizo la lectura de este Palabra: “ Si honro a Jehová con mis bienes y con las primicias de todos mis frutos; serán llenos mis graneros con abundancia,  y mis lagares rebosarán de mosto”.

Dios dejó en Su Palabra la fórmula para que seamos prosperados, para que alcancemos la provisión que Él tiene para nosotros sus hijos, y que también de este forma su Obra crezca y se fortalezca. Es a través de las ofrendas, diezmos, primicias y pactos (votos).

Se nos dice que honremos a Dios con nuestros bienes. Lo hacemos cuando diezmamos y ofrendamos, o cuando hacemos voto o pacto especial con Dios. Pero hay un énfasis en el texto en las primicias.

¿Qué son las primicias? Fue la primera relación que tuvo el hombre con Dios. Luego de recibir lo que la tierra le daba, reconocía la soberanía de Dios trayéndole lo primero y lo mejor de ella.

·         Se demostraba así la fe en la sobreabundante provisión de Dios.

·         Era símbolo de dependencia. “Lo que tú me diste es la que hoy te traigo”.

·         Era símbolo de que nada es nuestro y todo pertenece al Señor.

·         Era la manera de manifestar lo que después la Ley estableció como el primero y más grande mandamiento: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, y con toda tu mente”.

Consagrar los primeros frutos y lo mejor de mis cosechas era demostrar que en mi corazón estaba primero Dios. Ese corazón agradaba a Dios y eso lo bendecía.

Vamos a Génesis 4: 1 – 5.  No existía aún la Ley ni el sacerdocio, pero los hombres se acercaban a Dios con sus ofrendas. Abel lo hizo con sus primicias. Trajo de los primogénitos de su ganado lo más gordo de ellos para Dios. O sea, trajo lo mejor. Caín al parecer hizo  sólo ofrenda, si el cuidado de traer los primores de su cosecha.

A Dios le agradó la ofrenda de Abel, y Dios lo enalteció.

Consagrar las primicias a Dios era una señal de amor y fe que agradaba a Dios (Ex. 22:29).

 

Algunos ejemplos.

·         Ana                                              1°Samuel 1: 11 y 24 – 28.

·         Una viuda                                   1°Reyes 17: 8 – 16.

·         Multiplicación de panes           2°Reyes 4: 42 – 44.

·         Abundancia                                2°Crónicas 31: 4 y 5; 9 -10.

·         Pacto del pueblo                        Nehemias 10: 35 – 37.

·         Dios lo demanda                        Exequiel 20: 40 – 42; 44: 30.

Hay un poder en las Primicias.  Dios se ha comprometido bendecir con abundancia a los que consagran sus primicias a Él.

Hubo momentos en las Escrituras en que Dios decretó que las primicias eran anatema, es decir sólo para Él. Fue el caso de Jericó (Josué 6: 16 -19).  Violar este decreto trajo consecuencias graves.

Las ofrendas y los diezmos debían ser traídos al Alfolí, el lugar destinado en el Templo para almacenarlas; pero las primicias debían ser entregadas en las manos del sacerdote del santuario. Esto era lo diferente. (Num. 18:13)

Cuando traigas tus primicias al Señor, debes dirigirte a la iglesia y entregarlos en manos de los ancianos o el cuerpo pastoral de ahí, o en las manos del pastor, para uso de las necesidades de ellos o de él.

Hay un principio espiritual detrás de todo esto.  El apóstol Pablo lo enseña en Romanos 11: 16. Las primicias santifican todo el resto.

Tú y yo somos santos, ¿por qué? Porque Jesús, la primicia de los resucitados fue aceptado como ofrenda agradable ante el Padre; luego se aplica el mismo principio. Si la primicia es santa (Jesús) todo el resto (los que hemos creído en él) somos santos. Entonces al consagrar las primicias al Señor estás santificando toda la producción restante. Si todo el resto es santificado, eso significa que Dios lo ha investido con el potencial para ser multiplicado sobrenaturalmente.

¿Cuáles son nuestras primicias hoy?

·         De los aumentos de sueldos

·         De los aguinaldos o bonos

·         De los primeros ingresos de algún negocio

·         Del primer sueldo de un nuevo empleo

·         De alguna respuesta de Dios.

viernes, 28 de septiembre de 2012

SEMBRANDO EN OBEDIENCIA


SERIE VIDA ABUNDANTE

SEMBRANDO EN OBEDIENCIA

Lectura bíblica:  Génesis 26: 1-6 y 12 – 16.

Anteriormente vimos el tema “No dejar desierta la Casa de Dios”, y consideramos que había una relación entre los “cielos abiertos” y nuestra actitud hacia la Casa de Dios.

Ahora revisaremos algunos paradigmas del pueblo cristiano evangélico que es bueno derribar porque no tienen un fundamento claro en la Palabra de Dios, y muchas veces se prestan para abusos y manipulación. Lo que vamos a considerar tiene que ver con la llamada “siembra” y “la buena tierra”.

Génesis 26: 1-6.

Hubo hambre en la tierra. En los días de Abraham también hubo hambre. El hambre o la escasez son cíclicos. Hay tiempos de abundancia y viene tiempos de escasez. En el tiempo de Abraham, el patriarca fue a Egipto a buscar alimentos y ahí negó a su esposa(Gén. 12). Faraón tomó a Sara como mujer para su harem, y Jehová hirió la casa de Faraón por causa de la mujer de Abraham. Después Faraón dejó partir a Abraham y su mujer con todo lo que tenían.

Ahora en los días de Isaac (hijo de Abraham) Hay gran hambre nuevamente. Pero ahora Dios se aparece a Isaac y le dice que no vaya a Egipto (como lo hizo su padre), sino que le dice que habite “en la tierra que yo te diré”. Y le recuerda las promesas hechas a su padre. ¿De qué nos habla esto? Aunque venga el hambre o la escasez, no te muevas de la tierra de tu promesa. Isaac nació en la tierra que Dios le prometió a su padre, ese era el lugar donde Dios le hizo nacer. No te muevas del lugar donde Dios te ha hecho nacer de nuevo, donde Dios te ha traído, esa es la tierra de  promesa para ti.

Si estás en tu tierra de promesa:

1.- Habrá presencia y bendición de Dios (v. 3)

2.- Habrá multiplicación (v.4).

 

La siembra en obediencia vence el hambre. ¿Qué hizo Isaac?  “Habitó, pues, Isaac en Gerar”. (Gerar: lugar de almacenamiento de granos. Territorio no apto para cultivos.)

Cuando Dios le habla de que se quede en “tierra de hambre”, ¿dejó de haber hambre? No.

O sea, continuó siendo ese lugar con escasez de granos y mala tierra para cultivos. Lo importante es que Isaac obedeció a la Palabra, creyó la promesa dada a su padre. Hay aquí una transferencia de fe y promesas. Si te quedas donde Dios te puso, tal vez sufras hambre, pero tú y los tuyos (hijos y nietos) verán cumplidas las promesas hechas a ti.

Siguiendo el relato (Vs. 12 – 17). Isaac habita en aquella tierra de hambre. Veamos lo asombroso que acontece después:

“Y sembró Isaac en aquella tierra…” (¿Era buena tierra?)

“Y cosechó aquel año ciento por uno…” (¿Cuánto es el 100 x 1; es una productividad enorme).

¿Quién dijo que sólo hay que sembrar en “buena tierra” para recibir bendición? ¿Quién dijo que sólo hay que sembrar en ministerios “exitosos” para ser bendecidos? ¿Quién dijo que una iglesia pequeña y con escasez no puede ser una fuente de bendición para el que siembre en ella?.

Hay algunos paradigmas en la iglesia que se conforman a la verdad de la Palabra de Dios.  Isaac sembró en Gerar, un lugar no apto para cultivos. Un lugar será apto para sembrar en él si hay palabra de promesa ahí. Un pastor puede estar en una iglesia pequeña y pobre, pero si Dios le dijo que permaneciera ahí y que ahí desarrolle su ministerio y ese es el llamado de Dios para él, entonces esa es una buena tierra en donde se puede sembrar.

¿Qué ocurrió después de sembrar?  “Y le bendijo Dios”  ¿Qué bendijo Dios?  La semilla, la tierra, el pacto que hizo Isaac. ¡No! Fue su obediencia.

¡Cuántas tonteras como esas hemos visto y oído en televisión y radios cristianas! “Dios bendecirá tu semilla” o, “Dios bendecirá tu pacto y tu tierra”. “En los siguientes 30 minutos habrá cielo abierto para los que pacten por casa, por deuda, por autos, por negocios, etc.” “Las primeras 100 personas que hagan ofrendas a partir de este momento le serán contestadas sus peticiones”. ¿Es Dios un Dios de concursos o show?

Hoy ocurre lo que pasaba en Betesda en los días de Jesús (Juan 5). Había una creencia popular que decía que en el momento en que las aguas se agitaban por un ángel en el estanque del lugar, el primer enfermo que lograra ingresar en ese momento quedaría sano. Así había gente que por años esperaba lograr ese tipo de sanidad. Jesús encuentra a un hombre postrado que llevaba años poder ser el primero en ingresar, sin poder lograrlo. Jesús le dijo: “Levántate, toma tu lecho, y anda”, y de inmediato fue sano, sin competencias ni concursos de por medio. Hoy hay muchos que nos quieren hacer creer que Dios opera a través de métodos humanos.

¿Qué bendijo Dios?  Dios bendijo a Isaac, Él bendice la obediencia. A él lo conmueve la fe. Isaac se quedó en Gerar y además sembró en esa tierra improductiva. Si siembras en la tierra donde Dios te ha dicho que te quedes, donde Dios te ha traído, donde Él te hizo nacer para su reino, entonces te bendecirá.

¿Sabes qué significa que Dios te bendiga?  Implica cuatro cosas sorprendentes:

Enriquecimiento, prosperidad, engrandecimiento y poderío.

Enriquecer: Tener más de lo que necesito. Vivir rodeado de abundancia.

Prosperidad: Tener la capacidad de disfrutar de lo que poseo. Tú  y los tuyos pueden gozarse de lo que han logrado.

Engrandecer: Poseer reconocimiento social, buena fama, prestigio, admiración.

Poderío: Influencia, consideración, autoridad y reverencia.

La bendición de Dios se hizo notoria a todos los habitantes de Gerar. Todos vieron como Isaac prosperaba aunque había hambre. Si Dios te bendice, su bendición vendrá aunque estes en tierra de hambre o en “mala tierra”. Lo que realmente importa es buscar la bendición y Su bendición vendrá cuando tú te quedes donde Dios te dijo que te quedes y siembres en tu tierra de promesa.

Hasta el rey de esa nación tuvo temor de la prosperidad de Isaac. “Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho”(v. 16).  Isaac se había vuelto en el “jefe de su jefe”, ahora era cabeza y no cola.

Dios te bendice aunque estes en “mala tierra”.

La Palabra es: “Habita en la tierra que yo te diré. Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré…” (v. 2 y 3).   

viernes, 14 de septiembre de 2012

el llamado a negociar

SERIE VIDA ABUNDANTE

EL LLAMADO A NEGOCIAR

Vimos anteriormente algunos principios para alcanzar la vida abundante que Jesús prometió. Saber que está disponible, cómo recibir lo que está disponible y saber quela capacidad de Dios es igual a su buena voluntad.

Algo importante que vamos a considerar ahora tiene que ver con el dinero que Dios pone en nuestras manos. Él no quiere tan solo que lo usemos de un modo adecuado ni que lo malgastemos, sino que anhela que lo multipliquemos.

“Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo”. (Lucas 19: 12 y 13)

Muchas veces este pasaje se ha interpretado como que las minas que fueron entregadas a estos hombres representan dones o habilidades espirituales. Lo que realmente Jesús habló aquí se refiere a dinero , constante y sonante; e incluso algunas versiones de la Biblia dicen, en vez de minas, “una buena cantidad de dinero”.

Muchos piensan que fue una bendición espiritual o un llamado lo que el Señor dejó a estos hombres. No sólo una bendición dejó el Señor aquí sino que también “una buena cantidad de dinero” y una orden de hacer negocios con el dinero que les dejó.

Nuestro Dios no sólo está interesado en que prosperemos espiritualmente, también está muy interesado en que podamos hacerlo materialmente. Dice la Palabra: “Amado, deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud así como prospera tu alma”(3°Juan 2).

Nuestra espiritualidad debería manifestarse también externamente y no solo por dentro. El Reino de Dios se expresa en lo espiritual pero también en lo físico (“Así que no había entre ellos ningún necesitado…”. Hechos 4: 34). Como resultado de una gran bendición espiritual, el reflejo será una bendición en la vida material.

El hombre noble del relato es nuestro Señor Jesucristo, quién fue a recibir su reinado, pero aclaró que volvería, ¡Gloria a Dios por su regreso!

Nuestro Señor después de completar la obra salvadora de la humanidad, regresó al Padre para recibir el Reino y ser glorificado con la gloria que tuvo desde el principio (“Se sentó a la diestra del Padre). Comisiona a la Iglesia para que mientras Él está en la gloria, nos ocupemos de los negocios de su reino  aquí en la Tierra: Predicar, enseñar, sanar echar fuera demonios, hacer discípulos, y también negociar con el dinero que nos ha dado. Cuando Él vuelva, vendrá a hacer cuentas con nosotros en todos los aspectos en que nos comisionó. Y con respecto al dinero, con la orden de negociar.

Algo muy importante es saber que el Señor no quiere que simplemente usemos bien el dinero que nos ha dado, sino que lo multipliquemos. Este es el sentido de la parábola: No malgastar el dinero, el dinero no es para guardarlo tampoco, es para hacerlo producir. De hecho meterlo al banco es al mínima opción como le dijo a uno de los siervos (19: 23).El dinero tiene que producir hasta multiplicarse en los negocios de nuestro Padre.

Veamos algunas implicancias de esta parábola:

1.- No debemos malgastar el dinero. Hay saber invertirlo. Aprender a negociar sabiamente lo que Dios nos ha concedido.

En esta época pasamos el año en gastos extras: Fiestas Patrias, Navidad, Año Nuevo, Vacaciones, Inicio de año escolar, Día de la Madre, Día del Niño, etc. Y parece que todo esto viene junto, entonces los recursos que disponemos hay que saber cómo invertirlos. Hay formas bonitas de gastar, que producen satisfacción pero que son improductivas e innecesarias. Lo que Dios quiere es que seamos sabios para administrar nuestros bienes, de tal manera que nos volvamos multiplicadores de ellos.

Por ejemplo, en aumentar nuestra capacidad intelectual, que terminemos nuestros estudios o que nos capacitemos en un oficio, tanto para ti como para tus hijos. Que desarrollemos capacidades empresariales para multiplicarnos en nuestro negocios.

Gastemos el dinero en desarrollarnos y capacitarnos, en mejorar nuestro nivel de vida y el de nuestra familia.

2.- No invirtamos en cosas  innecesarias.  Adquirir cosas superfluas para quedar bien con los demás o para estar a la moda, ¿para qué?; para lucimiento social, es un error invertir mal lo que ganas con tanto esfuerzo. En la casa, en un negocio, en educación para tus hijos, en protección de salud, etc.; serán buenas inversiones. Pero lujos innecesarios, cosas para aparentar ante los demás, no son buenas inversiones. La publicidad crea necesidades innecesarias solo por marketing. No caigas en esa tentación.

¿Esto que quiero comprar realmente lo necesito? ¿lo necesitan mis hijos? ¿valdrá la pena el esfuerzo o sacrificio que voy a hacer?

3.- Reconoce el señorío de Cristo en tu vida. La parábola comienza diciendo que quién comisiona a sus siervos era el Señor. En el relato de la Pesca Milagrosa (Lucas 5: 4-6), cuando Pedro reconoce la autoridad de Jesús (“…mas en tú palabra echaré la red…”), fue cuando la red se llenó de peces. Si vivimos bajo el señorío de Cristo él mismo se encargará de llenar nuestras redes sin que se rompan. Así ocurrirá si reconocemos que todo lo nuestro proviene del Señor, que Él es el dueño de todo, y que conforme a su deseo y su voluntad queremos administrar nuestro dinero. Nuestra oración debe ser: ”Señor, ¿Cuál es el mejor uso que le puedo dar a mi dinero para beneficio de mi familia y de tú obra?”.

En una oportunidad Jesús dijo: “Dad a Cesar lo que es de Cesar, y a Dios lo que es Dios”. O sea, cumple con tus obligaciones para con el Estado, y también para con tu Dios. Sé fiel al Señor, sé un sostenedor de su obra y de su iglesia. Cumple tu pacto, y entonces tendrás cielos abiertos para que la vida abundante se manifieste en ti.

4.- Considera la advertencia de esta parábola. (v. 20-26) Dice que el hombre que no quiso multiplicar su dinero fue porque lo escondió en un pañuelo.

¿Qué puede significar que alguien recibe una cantidad importante de dinero y lo envuelve en un paño y lo esconde? Ni siquiera pensó en la mínima opción de ponerla en un banco. Hay aquí una mentalidad negativa de vida. Hay incredulidad y menosprecio. Lo más dañino en la vida es ser incrédulo; no creer en Dios ni en uno mismo.

Incredulidad: Atribuir a Dios una mala voluntad.

Hay personas que han muerto en la miseria teniendo mucho dinero escondido bajo el colchón. Dios no condena a los pobres, pero sí a los de mentalidad miserable.

Cuando alguien está con ese paño en su vida y en su mente, no puede multiplicar todo lo que tiene. Nada es más contrario al propósito de Dios para nuestra vida que vivir en derrota, menospreciándose o con autoconmiseración. ¿Qué es lo que tú Señor ha puesto en tu vida? La salvación y el Espíritu Santo. La más grande gracia o el regalo mas esplendoroso es el perdón de Dios con recompensa de vida eterna, y el poder más grandioso que hay en el universo es el de su Espíritu; y nos ha sido dado como don o regalo. ¿Qué harás con esto?. El deseo de Dios es que lo multipliques y no que lo entierres con un paño.

Volviendo al dinero, las personas que no pueden negociar, que no pueden multiplicar sus ganancias se debe a que tienen un velo que cubre su visión de vida, un pañuelo que frena ideas nuevas, que detiene y estorba la creatividad de hacer inversiones.

Muchos no tienen iniciativa para crecer económicamente, teniendo la capacidad y destreza para hacerlo, este pañuelo de incredulidad y menosprecio impide a las personas desarrollarse, les impide tener ideas empresariales, sabiduría para administrar los bienes adquiridos.

Pidámosle a nuestro Señor, quién otorga bienes, que prohíba todo paño o envoltura sobre nosotros. Le pido a Dios que desarraigue de nuestra mente toda incredulidad, esos velos de menosprecio, de falta de creatividad. Que el Espíritu Santo renueve nuestra mente , que sean plantadas ideas nuevas, que venga creatividad del Cielo, sabiduría e inteligencia de Dios. Que nuestra mente cobre vida y comencemos a movernos en los negocios de nuestro Padre. Que transitemos por las sendas de la vida abundante para que en todo tengamos más que lo suficiente para dar a los que lo necesitan. Amén.

 

martes, 4 de septiembre de 2012

PRINCIPIOS PARA ALCANZAR LA VIDA ABUNDANTE


SERIE VIDA ABUNDANTE

ALGUNOS PRINCIPIOS PARA ALCANZAR LA VIDA ABUNDANTE

“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10)
Para poder tener acceso a los recursos del poder de Dios, uno debe conocer antes que nada que está y qué no está disponible de parte de Dios.
Hay  algunas cosas que no están disponibles, y si no están disponibles podemos orar hasta caer rendidos y aún así no recibir nada. Esto es lo mismo que nos ocurre en la vida cotidiana, cuando vamos a comprar algo, lo podemos hacer sólo sí está disponible. Si se agotó el stock, aunque tengamos el dinero para comprar no lo podemos hacer.
I.- Primer principio para acceder a la Vida Abundante: “Saber que está disponible”.
Hay que averiguar lo que está disponible para nosotros, es decir lo que Dios nos ha prometido. Vemos el deseo de Dios expresado en 3°Juan 2: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
La voluntad de Dios es que seamos prosperados. Él nunca quiso que fuésemos abatidos por la pobreza y pisoteados en algún aspecto de nuestra vida. Esto último no está disponible por Dios. En cambio Él quiere nuestra prosperidad.
Es su voluntad también que seamos sanos; la enfermedad no glorifica a Dios. Tampoco quiso para nosotros que vivamos llenos de frustraciones, temores y ansiedades. Esto no está disponible para nosotros. Pero si: “…así como prospera tu alma”.
La Palabra de Dios manifiesta la voluntad de Él, luego el ser prosperado y tener buena salud tiene que estar disponible.
Veamos algunos ejemplos de lo que está disponible;
. Filipenses 4: 19.  Su voluntad es que no nos falte nada, todas mis necesidades estén satisfechas. No dice que “suplirá toda nuestra avaricia o nuestros caprichos”, sino lo que nos falta. Luego tiene que haber una provisión disponible para ello.
. 2°Corintios 9:8.  Tendremos todo lo suficiente. “Todo lo suficiente” tiene que estar
. Romanos 8:37.  Si vamos a ser “mas que vencedores” en toda situación, eso tiene que ser posible.
. Efesios 3: 16,17.  Seremos llenos de toda la plenitud de Dios. Por el poder de Su Espíritu podemos alcanzar esto.
La Palabra de Dios nos dice que todo esto lo podemos alcanzar, y que está disponible para nosotros.
II. Segundo principio para acceder a la vida Abundante: ”Cómo recibir lo que está disponible”.
La Palabra de Dios hay que recibirla como lo que es: La Palabra de Dios.  Jesús lo declaró: ”Mis palabras son Espíritu y son vida”. Las promesas de Dios expresan su deseo para nosotros. Aprendamos a recibir la Palabra de Dios.”
RECIBIR NO ES SABER.  Todos nosotros cuando éramos niños nuestros padres nos dijeron “pórtate bien”. Esta palabra de advertencia nunca logró eso, porque un niño no se va a portar bien diciéndole tan sólo que lo haga. ¿Qué debe ocurrir? Hay que enseñarle cómo hacerlo.
Un creyente no va a fructificar en la oración con sólo decirle que ore, no va adquirir conocimiento porque se le diga que lea la Biblia, no alcanzará una vida de poder y victoria porque se le llame a creer; sino que hay que enseñarle cómo orar, cómo leer la Biblia, cómo creer en Dios. ¿Dónde aprenderá esto? En la iglesia. Es en la comunión con los santos, en la congregación con los hermanos en la fe, en donde aprenderemos la doctrina, viviremos las manifestaciones del poder de Dios, donde accedemos a la sabiduría y experiencia de nuestros hermanos mayores. Al considerar el testimonio de aquellos hermanos que viven en prosperidad aprenderemos el cómo recibir lo que está disponible de Dios para nosotros. He aquí la importancia del discipulado. Es importante que sepamos “cómo” recibir la palabra de Dios.
Hay muchos creyentes que se mueven predicando verdades de la Palabra de Dios como el pecado, condenación, fuego del infierno y otros temas así. Son personas bien intencionadas pero no le dicen a la gente como librarse del pecado, sólo dicen que es malo. Decirle a alguien que algo es malo no le ayuda a superarlo. No podemos remediar lo que la gente haya sido en el pasado, todo lo que podemos hacer es enseñar que lo que ellos fueron puede ser perdonado y olvidado y que pueden seguir adelante con la grandeza del poder de Dios. La demostración del amor de Dios es lo que hará que la gente pueda recibir lo que está disponible.
RECIBIR ES CREER, Y CREER ES RECIBIR. Cuando recibimos lo que está disponible hay que creer que eso nos vendrá.  ¿Cómo hay que creer?   Veamos…
   III. Tercer principio para acceder a la Vida Abundante es: “La capacidad de Dios es siempre igual a Su buena voluntad”.
“…y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto?”  (Mateo 9: 28)
“Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio”. (Marcos 1: 41).
Creer en Dios es creer que Él tiene la capacidad para hacer todo lo que dice.
Muchos piensan o dicen que Dios está dispuesto a hacer algo, pero que no puede, que hay otras prioridades para Él. Otros dicen que Él puede pero no lo quiere hacer. Esto puede ser verdad en los seres humanos, pero no en Dios. Una persona puede tener la capacidad de hacer algo y no la buena voluntad para hacerlo. O poseer la buena voluntad de hacer algo y no la capacidad para lograrlo.  Esto nunca es cierto con Dios. La capacidad de Dios es siempre igual a Su buena voluntad; ellas van siempre en armonía.
Lo que Dios puede, Él está deseoso de hacer y lo que desea hacer, Él lo puede hacer. Así es cómo debes creer en Dios.
Las promesas están disponibles, y si disponibles, ¡recíbelas!, creyendo que la capacidad de Dios es siempre igual a Su buena voluntad.
¿Crees que Dios desea para ti una vida abundante?
¿Crees que está disponible para ti la prosperidad?
¿Crees que Dios desea que seas sano?
¿Puedes creer que Dios tiene la capacidad para darte todas las cosas?
“¡Cómo haz creído te sea hecho!”.
Una vez que usted tiene la promesa de Dios, el “cómo” del recibir es creer literalmente lo que esa promesa dice.
Amén.

jueves, 30 de agosto de 2012

Articulo 1° LA VIDA QUE DIOS QUIERE DARNOS

 Serie VIDA ABUNDANTE               


Juan 10: 7 -11.
Jesús declara que él es el buen pastor y como buen pastor está dispuesto a dar su vida por sus ovejas (de hecho ya lo hizo en la cruz).

¿Con qué propósito hizo esto?
“Para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. No sólo nos da el don de la vida (lo que ya es hermoso y bueno), sino que su deseo es que esa vida la tengamos en abundancia.
Abundancia habla de plenitud. No sólo está hablando de la vida espiritual (la salvación y la vida eterna), sino que también del bienestar material y de la salud. Se refiere a todos los aspectos de la vida.

Dijo además: “Yo soy la puerta”. La puerta, ¿de qué? La puerta de acceso a esa clase de vida. Sus ovejas podrán salir de un ambiente restringido para entrar a ese lugar de plenitud, a esa vida abundante.
Debemos preguntarnos: Si Jesús vino con el propósito de darnos vida abundante, una vida plena, ¿por qué debemos conformarnos con menos que eso? ¿Por qué en nuestras vidas, como creyentes, se manifiesta algo menor a esto? ¿Por qué personas no creyentes pueden manifestar una vida más plena que la de los creyentes?

Si Jesús dijo lo que realmente dijo aquí, entonces con certeza debe haber algo que nos conduzca a alcanzar esa vida abundante que Él nos vino traer.
Una de las claves principales para obtener el poder para la vida abundante es saber que las Escrituras (Biblia) es la Palabra y la voluntad revelada de Dios. Este es el secreto más grande del mundo de hoy. No es un secreto Dios lo esté escondiendo, es un secreto porque la gente no ha creído. La mayoría de la gente no cree que la Biblia es la Palabra y la voluntad de Dios para ellos.  Algunos toman un pasaje de las Escrituras y lo aplican según el criterio de ellos y no cómo Dios habló. Otros agregan palabras, haciendo que la Biblia diga lo que Dios nunca quiso decir. Debemos entender que la Biblia entera, Antiguo y Nuevo Testamento, es la Palabra de Dios.

Saber que la Palabra de Dios es la voluntad de Dios es el primer paso en nuestra búsqueda del poder para la vida abundante.
Pero hay una gran tragedia en la existencia nuestra: “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua” (Jer. 2:13).

¿A quién le está hablando aquí Dios? Dice: “mi pueblo”. No está hablando a extraños o a no creyentes, sino a su pueblo, a los creyentes. Está diciendo a la iglesia que ha hecho dos males:
1.-  “Me dejaron a mí, fuente de agua viva…”
2.-  “Cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua…”

Fuente: Lugar del que fluye con abundancia agua. Manantial.

Cisterna: Depósito subterráneo donde se recoge el agua de lluvia, de río o de manantial. Tiene una capacidad limitada.
DIOS ES FUENTE DE AGUA EN ABUNDANCIA

El gran mal es dejar la fuente de vida abundante. Dejar de confiar y de depender del Señor.  Cuando esto pasa, la tendencia natural es construir cisternas para guardar agua. Creamos nuestras propias formas de creer en Dios. Seguimos al Señor a nuestro modo y no como Él nos ordena.
Esto grafica el drama de mucha gente que pudiendo beber agua de fuente de vida, de esa agua que curará toda la sed para siempre, sed de sanidad el alma, de sanidad para el cuerpo, sed de propósito para vivir, sed de paz, sed de prosperidad. Prefieren beber de aguas estancadas, aguas que representan sus propios esfuerzos para aplacar su sed. Pero los esfuerzos humanos son limitados e insuficientes, nunca logran aplacar totalmente la sed de la vida.
Esto es lo que le dijo Jesús a una mujer: “Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”(Juan 4: 13, 14).

En una oportunidad se le preguntó a un grupo de personas, ¿cuál es el pecado más grande que puede cometer una persona? Las respuestas fueron variadas: Homicidio, violación con muerte, robo con muerte, traición a la patria, adulterio, abandono, etc.
¿Qué diría la Palabra de Dios como respuesta a esta pregunta?    Leamos Mateo 22: 37 y 38. “Jesús le dijo: Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento”.

Este es el primero y grande mandamiento. Si esto es así, ¿Cuál es el primero y grande pecado? Quebrantar el primero y grande mandamiento. Es decir, no amar a Dios con todo el corazón, y con toda el alma, y con toda la mente.
Es amar algo más de lo amamos a Dios, o poner a algo por encima de Dios; construyendo o cavando nuestras cisternas religiosas, nuestro propios criterios acerca de cómo seguir al Señor,  en lugar de rendirnos totalmente al Señor y vivir para hacer su voluntad.

No darle a Dios lo que es de Él, eso es el más grande pecado. Toda gloria, toda alabanza, toda honra, toda adoración; son de él y para él. Por eso todo cristiano debe adorar y servir a Dios con todo.
Volvámonos al Señor. Entreguémonos a Él.

La vida abundante que Él ha prometido está disponible. Su voluntad es que seas bendecido en todo. En las Escrituras hay una carta que el Señor te ha enviado a ti,  y dice así: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3° Juan 2).
Vuelve a beber de las aguas de fuente de vida; deja de lado tus cisternas rotas.

Bendiciones en abundancia para ti.