viernes, 28 de septiembre de 2012

SEMBRANDO EN OBEDIENCIA


SERIE VIDA ABUNDANTE

SEMBRANDO EN OBEDIENCIA

Lectura bíblica:  Génesis 26: 1-6 y 12 – 16.

Anteriormente vimos el tema “No dejar desierta la Casa de Dios”, y consideramos que había una relación entre los “cielos abiertos” y nuestra actitud hacia la Casa de Dios.

Ahora revisaremos algunos paradigmas del pueblo cristiano evangélico que es bueno derribar porque no tienen un fundamento claro en la Palabra de Dios, y muchas veces se prestan para abusos y manipulación. Lo que vamos a considerar tiene que ver con la llamada “siembra” y “la buena tierra”.

Génesis 26: 1-6.

Hubo hambre en la tierra. En los días de Abraham también hubo hambre. El hambre o la escasez son cíclicos. Hay tiempos de abundancia y viene tiempos de escasez. En el tiempo de Abraham, el patriarca fue a Egipto a buscar alimentos y ahí negó a su esposa(Gén. 12). Faraón tomó a Sara como mujer para su harem, y Jehová hirió la casa de Faraón por causa de la mujer de Abraham. Después Faraón dejó partir a Abraham y su mujer con todo lo que tenían.

Ahora en los días de Isaac (hijo de Abraham) Hay gran hambre nuevamente. Pero ahora Dios se aparece a Isaac y le dice que no vaya a Egipto (como lo hizo su padre), sino que le dice que habite “en la tierra que yo te diré”. Y le recuerda las promesas hechas a su padre. ¿De qué nos habla esto? Aunque venga el hambre o la escasez, no te muevas de la tierra de tu promesa. Isaac nació en la tierra que Dios le prometió a su padre, ese era el lugar donde Dios le hizo nacer. No te muevas del lugar donde Dios te ha hecho nacer de nuevo, donde Dios te ha traído, esa es la tierra de  promesa para ti.

Si estás en tu tierra de promesa:

1.- Habrá presencia y bendición de Dios (v. 3)

2.- Habrá multiplicación (v.4).

 

La siembra en obediencia vence el hambre. ¿Qué hizo Isaac?  “Habitó, pues, Isaac en Gerar”. (Gerar: lugar de almacenamiento de granos. Territorio no apto para cultivos.)

Cuando Dios le habla de que se quede en “tierra de hambre”, ¿dejó de haber hambre? No.

O sea, continuó siendo ese lugar con escasez de granos y mala tierra para cultivos. Lo importante es que Isaac obedeció a la Palabra, creyó la promesa dada a su padre. Hay aquí una transferencia de fe y promesas. Si te quedas donde Dios te puso, tal vez sufras hambre, pero tú y los tuyos (hijos y nietos) verán cumplidas las promesas hechas a ti.

Siguiendo el relato (Vs. 12 – 17). Isaac habita en aquella tierra de hambre. Veamos lo asombroso que acontece después:

“Y sembró Isaac en aquella tierra…” (¿Era buena tierra?)

“Y cosechó aquel año ciento por uno…” (¿Cuánto es el 100 x 1; es una productividad enorme).

¿Quién dijo que sólo hay que sembrar en “buena tierra” para recibir bendición? ¿Quién dijo que sólo hay que sembrar en ministerios “exitosos” para ser bendecidos? ¿Quién dijo que una iglesia pequeña y con escasez no puede ser una fuente de bendición para el que siembre en ella?.

Hay algunos paradigmas en la iglesia que se conforman a la verdad de la Palabra de Dios.  Isaac sembró en Gerar, un lugar no apto para cultivos. Un lugar será apto para sembrar en él si hay palabra de promesa ahí. Un pastor puede estar en una iglesia pequeña y pobre, pero si Dios le dijo que permaneciera ahí y que ahí desarrolle su ministerio y ese es el llamado de Dios para él, entonces esa es una buena tierra en donde se puede sembrar.

¿Qué ocurrió después de sembrar?  “Y le bendijo Dios”  ¿Qué bendijo Dios?  La semilla, la tierra, el pacto que hizo Isaac. ¡No! Fue su obediencia.

¡Cuántas tonteras como esas hemos visto y oído en televisión y radios cristianas! “Dios bendecirá tu semilla” o, “Dios bendecirá tu pacto y tu tierra”. “En los siguientes 30 minutos habrá cielo abierto para los que pacten por casa, por deuda, por autos, por negocios, etc.” “Las primeras 100 personas que hagan ofrendas a partir de este momento le serán contestadas sus peticiones”. ¿Es Dios un Dios de concursos o show?

Hoy ocurre lo que pasaba en Betesda en los días de Jesús (Juan 5). Había una creencia popular que decía que en el momento en que las aguas se agitaban por un ángel en el estanque del lugar, el primer enfermo que lograra ingresar en ese momento quedaría sano. Así había gente que por años esperaba lograr ese tipo de sanidad. Jesús encuentra a un hombre postrado que llevaba años poder ser el primero en ingresar, sin poder lograrlo. Jesús le dijo: “Levántate, toma tu lecho, y anda”, y de inmediato fue sano, sin competencias ni concursos de por medio. Hoy hay muchos que nos quieren hacer creer que Dios opera a través de métodos humanos.

¿Qué bendijo Dios?  Dios bendijo a Isaac, Él bendice la obediencia. A él lo conmueve la fe. Isaac se quedó en Gerar y además sembró en esa tierra improductiva. Si siembras en la tierra donde Dios te ha dicho que te quedes, donde Dios te ha traído, donde Él te hizo nacer para su reino, entonces te bendecirá.

¿Sabes qué significa que Dios te bendiga?  Implica cuatro cosas sorprendentes:

Enriquecimiento, prosperidad, engrandecimiento y poderío.

Enriquecer: Tener más de lo que necesito. Vivir rodeado de abundancia.

Prosperidad: Tener la capacidad de disfrutar de lo que poseo. Tú  y los tuyos pueden gozarse de lo que han logrado.

Engrandecer: Poseer reconocimiento social, buena fama, prestigio, admiración.

Poderío: Influencia, consideración, autoridad y reverencia.

La bendición de Dios se hizo notoria a todos los habitantes de Gerar. Todos vieron como Isaac prosperaba aunque había hambre. Si Dios te bendice, su bendición vendrá aunque estes en tierra de hambre o en “mala tierra”. Lo que realmente importa es buscar la bendición y Su bendición vendrá cuando tú te quedes donde Dios te dijo que te quedes y siembres en tu tierra de promesa.

Hasta el rey de esa nación tuvo temor de la prosperidad de Isaac. “Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho”(v. 16).  Isaac se había vuelto en el “jefe de su jefe”, ahora era cabeza y no cola.

Dios te bendice aunque estes en “mala tierra”.

La Palabra es: “Habita en la tierra que yo te diré. Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré…” (v. 2 y 3).   

viernes, 14 de septiembre de 2012

el llamado a negociar

SERIE VIDA ABUNDANTE

EL LLAMADO A NEGOCIAR

Vimos anteriormente algunos principios para alcanzar la vida abundante que Jesús prometió. Saber que está disponible, cómo recibir lo que está disponible y saber quela capacidad de Dios es igual a su buena voluntad.

Algo importante que vamos a considerar ahora tiene que ver con el dinero que Dios pone en nuestras manos. Él no quiere tan solo que lo usemos de un modo adecuado ni que lo malgastemos, sino que anhela que lo multipliquemos.

“Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo”. (Lucas 19: 12 y 13)

Muchas veces este pasaje se ha interpretado como que las minas que fueron entregadas a estos hombres representan dones o habilidades espirituales. Lo que realmente Jesús habló aquí se refiere a dinero , constante y sonante; e incluso algunas versiones de la Biblia dicen, en vez de minas, “una buena cantidad de dinero”.

Muchos piensan que fue una bendición espiritual o un llamado lo que el Señor dejó a estos hombres. No sólo una bendición dejó el Señor aquí sino que también “una buena cantidad de dinero” y una orden de hacer negocios con el dinero que les dejó.

Nuestro Dios no sólo está interesado en que prosperemos espiritualmente, también está muy interesado en que podamos hacerlo materialmente. Dice la Palabra: “Amado, deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud así como prospera tu alma”(3°Juan 2).

Nuestra espiritualidad debería manifestarse también externamente y no solo por dentro. El Reino de Dios se expresa en lo espiritual pero también en lo físico (“Así que no había entre ellos ningún necesitado…”. Hechos 4: 34). Como resultado de una gran bendición espiritual, el reflejo será una bendición en la vida material.

El hombre noble del relato es nuestro Señor Jesucristo, quién fue a recibir su reinado, pero aclaró que volvería, ¡Gloria a Dios por su regreso!

Nuestro Señor después de completar la obra salvadora de la humanidad, regresó al Padre para recibir el Reino y ser glorificado con la gloria que tuvo desde el principio (“Se sentó a la diestra del Padre). Comisiona a la Iglesia para que mientras Él está en la gloria, nos ocupemos de los negocios de su reino  aquí en la Tierra: Predicar, enseñar, sanar echar fuera demonios, hacer discípulos, y también negociar con el dinero que nos ha dado. Cuando Él vuelva, vendrá a hacer cuentas con nosotros en todos los aspectos en que nos comisionó. Y con respecto al dinero, con la orden de negociar.

Algo muy importante es saber que el Señor no quiere que simplemente usemos bien el dinero que nos ha dado, sino que lo multipliquemos. Este es el sentido de la parábola: No malgastar el dinero, el dinero no es para guardarlo tampoco, es para hacerlo producir. De hecho meterlo al banco es al mínima opción como le dijo a uno de los siervos (19: 23).El dinero tiene que producir hasta multiplicarse en los negocios de nuestro Padre.

Veamos algunas implicancias de esta parábola:

1.- No debemos malgastar el dinero. Hay saber invertirlo. Aprender a negociar sabiamente lo que Dios nos ha concedido.

En esta época pasamos el año en gastos extras: Fiestas Patrias, Navidad, Año Nuevo, Vacaciones, Inicio de año escolar, Día de la Madre, Día del Niño, etc. Y parece que todo esto viene junto, entonces los recursos que disponemos hay que saber cómo invertirlos. Hay formas bonitas de gastar, que producen satisfacción pero que son improductivas e innecesarias. Lo que Dios quiere es que seamos sabios para administrar nuestros bienes, de tal manera que nos volvamos multiplicadores de ellos.

Por ejemplo, en aumentar nuestra capacidad intelectual, que terminemos nuestros estudios o que nos capacitemos en un oficio, tanto para ti como para tus hijos. Que desarrollemos capacidades empresariales para multiplicarnos en nuestro negocios.

Gastemos el dinero en desarrollarnos y capacitarnos, en mejorar nuestro nivel de vida y el de nuestra familia.

2.- No invirtamos en cosas  innecesarias.  Adquirir cosas superfluas para quedar bien con los demás o para estar a la moda, ¿para qué?; para lucimiento social, es un error invertir mal lo que ganas con tanto esfuerzo. En la casa, en un negocio, en educación para tus hijos, en protección de salud, etc.; serán buenas inversiones. Pero lujos innecesarios, cosas para aparentar ante los demás, no son buenas inversiones. La publicidad crea necesidades innecesarias solo por marketing. No caigas en esa tentación.

¿Esto que quiero comprar realmente lo necesito? ¿lo necesitan mis hijos? ¿valdrá la pena el esfuerzo o sacrificio que voy a hacer?

3.- Reconoce el señorío de Cristo en tu vida. La parábola comienza diciendo que quién comisiona a sus siervos era el Señor. En el relato de la Pesca Milagrosa (Lucas 5: 4-6), cuando Pedro reconoce la autoridad de Jesús (“…mas en tú palabra echaré la red…”), fue cuando la red se llenó de peces. Si vivimos bajo el señorío de Cristo él mismo se encargará de llenar nuestras redes sin que se rompan. Así ocurrirá si reconocemos que todo lo nuestro proviene del Señor, que Él es el dueño de todo, y que conforme a su deseo y su voluntad queremos administrar nuestro dinero. Nuestra oración debe ser: ”Señor, ¿Cuál es el mejor uso que le puedo dar a mi dinero para beneficio de mi familia y de tú obra?”.

En una oportunidad Jesús dijo: “Dad a Cesar lo que es de Cesar, y a Dios lo que es Dios”. O sea, cumple con tus obligaciones para con el Estado, y también para con tu Dios. Sé fiel al Señor, sé un sostenedor de su obra y de su iglesia. Cumple tu pacto, y entonces tendrás cielos abiertos para que la vida abundante se manifieste en ti.

4.- Considera la advertencia de esta parábola. (v. 20-26) Dice que el hombre que no quiso multiplicar su dinero fue porque lo escondió en un pañuelo.

¿Qué puede significar que alguien recibe una cantidad importante de dinero y lo envuelve en un paño y lo esconde? Ni siquiera pensó en la mínima opción de ponerla en un banco. Hay aquí una mentalidad negativa de vida. Hay incredulidad y menosprecio. Lo más dañino en la vida es ser incrédulo; no creer en Dios ni en uno mismo.

Incredulidad: Atribuir a Dios una mala voluntad.

Hay personas que han muerto en la miseria teniendo mucho dinero escondido bajo el colchón. Dios no condena a los pobres, pero sí a los de mentalidad miserable.

Cuando alguien está con ese paño en su vida y en su mente, no puede multiplicar todo lo que tiene. Nada es más contrario al propósito de Dios para nuestra vida que vivir en derrota, menospreciándose o con autoconmiseración. ¿Qué es lo que tú Señor ha puesto en tu vida? La salvación y el Espíritu Santo. La más grande gracia o el regalo mas esplendoroso es el perdón de Dios con recompensa de vida eterna, y el poder más grandioso que hay en el universo es el de su Espíritu; y nos ha sido dado como don o regalo. ¿Qué harás con esto?. El deseo de Dios es que lo multipliques y no que lo entierres con un paño.

Volviendo al dinero, las personas que no pueden negociar, que no pueden multiplicar sus ganancias se debe a que tienen un velo que cubre su visión de vida, un pañuelo que frena ideas nuevas, que detiene y estorba la creatividad de hacer inversiones.

Muchos no tienen iniciativa para crecer económicamente, teniendo la capacidad y destreza para hacerlo, este pañuelo de incredulidad y menosprecio impide a las personas desarrollarse, les impide tener ideas empresariales, sabiduría para administrar los bienes adquiridos.

Pidámosle a nuestro Señor, quién otorga bienes, que prohíba todo paño o envoltura sobre nosotros. Le pido a Dios que desarraigue de nuestra mente toda incredulidad, esos velos de menosprecio, de falta de creatividad. Que el Espíritu Santo renueve nuestra mente , que sean plantadas ideas nuevas, que venga creatividad del Cielo, sabiduría e inteligencia de Dios. Que nuestra mente cobre vida y comencemos a movernos en los negocios de nuestro Padre. Que transitemos por las sendas de la vida abundante para que en todo tengamos más que lo suficiente para dar a los que lo necesitan. Amén.

 

martes, 4 de septiembre de 2012

PRINCIPIOS PARA ALCANZAR LA VIDA ABUNDANTE


SERIE VIDA ABUNDANTE

ALGUNOS PRINCIPIOS PARA ALCANZAR LA VIDA ABUNDANTE

“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10)
Para poder tener acceso a los recursos del poder de Dios, uno debe conocer antes que nada que está y qué no está disponible de parte de Dios.
Hay  algunas cosas que no están disponibles, y si no están disponibles podemos orar hasta caer rendidos y aún así no recibir nada. Esto es lo mismo que nos ocurre en la vida cotidiana, cuando vamos a comprar algo, lo podemos hacer sólo sí está disponible. Si se agotó el stock, aunque tengamos el dinero para comprar no lo podemos hacer.
I.- Primer principio para acceder a la Vida Abundante: “Saber que está disponible”.
Hay que averiguar lo que está disponible para nosotros, es decir lo que Dios nos ha prometido. Vemos el deseo de Dios expresado en 3°Juan 2: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
La voluntad de Dios es que seamos prosperados. Él nunca quiso que fuésemos abatidos por la pobreza y pisoteados en algún aspecto de nuestra vida. Esto último no está disponible por Dios. En cambio Él quiere nuestra prosperidad.
Es su voluntad también que seamos sanos; la enfermedad no glorifica a Dios. Tampoco quiso para nosotros que vivamos llenos de frustraciones, temores y ansiedades. Esto no está disponible para nosotros. Pero si: “…así como prospera tu alma”.
La Palabra de Dios manifiesta la voluntad de Él, luego el ser prosperado y tener buena salud tiene que estar disponible.
Veamos algunos ejemplos de lo que está disponible;
. Filipenses 4: 19.  Su voluntad es que no nos falte nada, todas mis necesidades estén satisfechas. No dice que “suplirá toda nuestra avaricia o nuestros caprichos”, sino lo que nos falta. Luego tiene que haber una provisión disponible para ello.
. 2°Corintios 9:8.  Tendremos todo lo suficiente. “Todo lo suficiente” tiene que estar
. Romanos 8:37.  Si vamos a ser “mas que vencedores” en toda situación, eso tiene que ser posible.
. Efesios 3: 16,17.  Seremos llenos de toda la plenitud de Dios. Por el poder de Su Espíritu podemos alcanzar esto.
La Palabra de Dios nos dice que todo esto lo podemos alcanzar, y que está disponible para nosotros.
II. Segundo principio para acceder a la vida Abundante: ”Cómo recibir lo que está disponible”.
La Palabra de Dios hay que recibirla como lo que es: La Palabra de Dios.  Jesús lo declaró: ”Mis palabras son Espíritu y son vida”. Las promesas de Dios expresan su deseo para nosotros. Aprendamos a recibir la Palabra de Dios.”
RECIBIR NO ES SABER.  Todos nosotros cuando éramos niños nuestros padres nos dijeron “pórtate bien”. Esta palabra de advertencia nunca logró eso, porque un niño no se va a portar bien diciéndole tan sólo que lo haga. ¿Qué debe ocurrir? Hay que enseñarle cómo hacerlo.
Un creyente no va a fructificar en la oración con sólo decirle que ore, no va adquirir conocimiento porque se le diga que lea la Biblia, no alcanzará una vida de poder y victoria porque se le llame a creer; sino que hay que enseñarle cómo orar, cómo leer la Biblia, cómo creer en Dios. ¿Dónde aprenderá esto? En la iglesia. Es en la comunión con los santos, en la congregación con los hermanos en la fe, en donde aprenderemos la doctrina, viviremos las manifestaciones del poder de Dios, donde accedemos a la sabiduría y experiencia de nuestros hermanos mayores. Al considerar el testimonio de aquellos hermanos que viven en prosperidad aprenderemos el cómo recibir lo que está disponible de Dios para nosotros. He aquí la importancia del discipulado. Es importante que sepamos “cómo” recibir la palabra de Dios.
Hay muchos creyentes que se mueven predicando verdades de la Palabra de Dios como el pecado, condenación, fuego del infierno y otros temas así. Son personas bien intencionadas pero no le dicen a la gente como librarse del pecado, sólo dicen que es malo. Decirle a alguien que algo es malo no le ayuda a superarlo. No podemos remediar lo que la gente haya sido en el pasado, todo lo que podemos hacer es enseñar que lo que ellos fueron puede ser perdonado y olvidado y que pueden seguir adelante con la grandeza del poder de Dios. La demostración del amor de Dios es lo que hará que la gente pueda recibir lo que está disponible.
RECIBIR ES CREER, Y CREER ES RECIBIR. Cuando recibimos lo que está disponible hay que creer que eso nos vendrá.  ¿Cómo hay que creer?   Veamos…
   III. Tercer principio para acceder a la Vida Abundante es: “La capacidad de Dios es siempre igual a Su buena voluntad”.
“…y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto?”  (Mateo 9: 28)
“Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio”. (Marcos 1: 41).
Creer en Dios es creer que Él tiene la capacidad para hacer todo lo que dice.
Muchos piensan o dicen que Dios está dispuesto a hacer algo, pero que no puede, que hay otras prioridades para Él. Otros dicen que Él puede pero no lo quiere hacer. Esto puede ser verdad en los seres humanos, pero no en Dios. Una persona puede tener la capacidad de hacer algo y no la buena voluntad para hacerlo. O poseer la buena voluntad de hacer algo y no la capacidad para lograrlo.  Esto nunca es cierto con Dios. La capacidad de Dios es siempre igual a Su buena voluntad; ellas van siempre en armonía.
Lo que Dios puede, Él está deseoso de hacer y lo que desea hacer, Él lo puede hacer. Así es cómo debes creer en Dios.
Las promesas están disponibles, y si disponibles, ¡recíbelas!, creyendo que la capacidad de Dios es siempre igual a Su buena voluntad.
¿Crees que Dios desea para ti una vida abundante?
¿Crees que está disponible para ti la prosperidad?
¿Crees que Dios desea que seas sano?
¿Puedes creer que Dios tiene la capacidad para darte todas las cosas?
“¡Cómo haz creído te sea hecho!”.
Una vez que usted tiene la promesa de Dios, el “cómo” del recibir es creer literalmente lo que esa promesa dice.
Amén.