Frutos del Espíritu


¿A QUÈ VINO EL ESPÌRITU SANTO?



“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”(Juan 14: 16, 17).

Jesús está afirmando aquí que, una vez que Él deje la tierra, será enviado el Espíritu Santo a todos los que creen en Él. Y además agregó: Ustedes ya le conocen.

La pregunta es: ¿Conoces al Espíritu Santo? ¿Está en ti, vive en ti?

Todos sabemos que el Espíritu Santo se derramó sobre los creyentes el día de Pentecostés, y eso ocurrió después que Jesús resucitó. ¿Cómo los discípulos de Jesús ya le conocían?.

Cuando Jesús habla de “otro”ayudador, se refería a “otro semejante”, y dice: “El me glorificará, porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:14). Los discípulos conocían a Jesús, y el Espíritu Santo es semejante. Es como cuando Jesús dice: “Yo y el Padre somos uno” y “el que me ha visto a mí, ha visto al Padre”. Si conocemos a Jesús, si tenemos comunión con Él, entonces conocemos al Espíritu Santo.

Si reconocemos a Jesús como Señor es por el Espíritu. “Y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (1Cor.12: 3). Por lo tanto, conocemos al Espíritu Santo, èl mora en nosotros y está con nosotros.

A veces cantamos y oramos: “Ven Espíritu Santo, desciende sobre nosotros,…”. Pero lo que nos dice Jesús es que ya está con nosotros y le conocemos.


1.- A acompañarnos y enseñarnos. “No os dejaré huérfanos…”, “…él os guiará a toda la verdad”. Así como Jesús tuvo a su lado a sus discípulos, así también nosotros tendremos la comunión y guía del Señor a través de Su Espíritu.

2.- Hará evidente la vida de Jesús en mí. “El que en mi cree, las obras que yo hago, él las hará también…”(Juan 14: 12). “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil.1:6). Una persona llena del Espíritu Santo no es aquella que tiene dones carismáticos, que habla muchas lenguas, o hace portentos. Sino que es aquella que se parece a Jesucristo. Es aquella que refleja a Jesús en su vida, como esposo(a), como padre o madre, como vecino(a), como amigo(a), como trabajador(a). “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”, decía el apóstol Pablo a sus discípulos.

3.- Darnos conciencia de que necesitamos Su Gracia siempre. “…porque separados de mi nada podéis hacer”. (Juan 15:5). “Si permanecéis en mi, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”(v.7).

4.- Nos ayudará en nuestras angustias y aflicciones. Nos consolará y animará.

5.- Nos revelará la verdad de lo que somos: Hijos de Dios.

PARA PROCURAR EL BIEN DE LOS DEMAS


1°Cor. 12: 1-11.
Con anterioridad vimos para qué vino el Espíritu Santo a la vida del creyente. En esta ocasión veremos su propósito en la vida de la iglesia.

El texto que leímos parte con una advertencia: “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales”. Esto nos indica que aunque en la congregación de los nacidos de nuevos, de los que poseen el Espíritu Santo, puede haber algunos que, sin embargo, pueden no saber acerca de los dones que nos han sido dados por el Espíritu para edificar la vida de la iglesia.

Antes de detallar cada uno de los dones, quisiera fijar una idea medular en relación a los dones: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho” (v. 7). En otras versiones dice:“Cuando el Espíritu Santo nos da una capacidad especial, lo hace para que procuremos el bien de los demás”. Los dones son para el bienestar de todos los hermanos, y no para destacar a unos sobre otros. No perdamos de vista esta idea central.

Cuando leemos el texto vemos que hay dones de Revelación:


1. Palabra de Sabiduría.(Hechos 15: 19-21)

2. Palabra de Ciencia. (Hechos 5: 3-5; 9: 10-16)

3. Discernimiento de espíritus. (Hech.16: 17, 18)
Hay dones de Poder:

1. Fe

2. Hacer sanidades. } (Hechos 5: 12 -16)

3. Hacer milagros
Hay dones de hablar por el Espíritu:

1. Profecía.

2. Hablar diversos géneros de lenguas. } (1°Cor. 14: 1 – 5)

3. Interpretación de lenguas.



“Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación,…” (Fil. 1: 19).

El apóstol Pablo les escribe a los hermanos de Filipos desde la cárcel, y al hacerlo introduce un concepto nuevo en relación al Espíritu Santo.

Aquí habla de “suministración”. Esta palabra significa provisión, alimentación, abastecimiento, etc. Da a entender un proveer de modo contínuo, en la medida en que sea necesario. (Por ej. Energía eléctrica, agua potable, gas, señal de TV.)
Entonces vemos que en nuestra relación con el Espíritu Santo se da un proceso:


1. Recibir el Sello del Espíritu. Ocurre en el momento de recibir a Jesús como Señor y Salvador. Viene con experiencia de Nacer de Nuevo. (Juan 20:22; Ef. 1:13)
2. El Bautismo en el Espíritu Santo. Es la experiencia de Pentecostés. Es la llenura inicial que se manifiesta con adoración , alabanza y hablar en lenguas. (Hechos 1:8 y 2:4)

3. Ser llenos del Espíritu Santo. Es vivir con una fe viva y activando los dones del Espíritu. La característica de los que son llenos es la fe. (Hechos 6:3, 5)

4. Fluir en el Espíritu. Es vivir y caminar con una conección contínua con el Espíritu. La característica de los que fluyen es la sumisión. (Marcos 16: 20). Esto es lo debe distinguir a un apóstol.

En qué nivel estamos?


QUE SE NECESITA PARA TENER COMUNION CON EL ESPÍRITU SANTO



“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.”(2°Cor. 13:14)
Tres verdades aparecen mencionadas aquí; el amor de Dios, la gracia de nuestro Señor, y la comunión del Espíritu.

Veamos, el amor de Dios es para todos, sin distinción alguna. Todos somos objeto de su amor.

La gracia de nuestro Señor es para todos los creyentes. El don inmerecido de la salvación y del perdón de nuestros pecados lo recibimos cuando hacemos a Jesucristo nuestro Señor y Salvador.

Ahora, la comunión del Espíritu Santo es para aquellos creyentes que la anhelan, que la buscan, que tienen hambre y sed de intimidad con Dios.
Lo que el apóstol Pablo expresa aquí es que debemos vivir estas tres verdades: El amor de Dios, la gracia de nuestro Señor Jesucristo y la comunión del Espíritu Santo.
¿Qué se necesita para tener comunión con el Espíritu Santo?

1. Oración.
Se trata de intimidad con Dios. Desarrollar una actitud de dependencia, de búsqueda de la relación con el Señor. La Escrituras nos llama a ser fervientes en oración, constantes, e incluso el apóstol Pablo nos dice: “Orad sin cesar”. Es vivir en un estado de contacto con Dios, que sea como una necesidad vital, tal como lo es respirar.
2. Paciencia.
Es la actitud de esperar, es entrar en un estado de quietud confiada, sabiendo que Dios es fiel y que nos responderá siempre.
Uno de los problemas grande que tenemos hoy es la impaciencia, no queremos vernos obligados a esperar. La inmediatez es la señal de estos tiempos, todo se desea ahora, de inmediato. Y esto es lo que nos provoca angustia.
La palabra de Dios dice: ”Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová” (Salm.40:1-3).
3. Obediencia.
La palabra de Dios pregunta: “¿Andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?”.Para que marchemos juntos, debemos estar alineados con el Espíritu Santo. Si él fue enviado para guiarnos, entonces debemos estar dispuestos a obedecerle cuando nos hable.

4. Fe.
Confiar en la directriz del Espíritu. Aunque lo nos diga no calce con nuestra percepción, confiar en que su sabiduría en superior a la nuestra. La fe se traduce en definitiva en creer en algo que no vemos como que ya es.

5. Pasión por lo apasiona el corazón de Dios.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo…” (Juan 3: 16). Las Escrituras nos dicen que cuando Jesús vió las multitudes tuvo compasión de ellas, porque las vió como ovejas sin pastor. Una de las cosas que se despertarán en nosotros si estamos en comunión con el Espíritu Santo es la pasión por los perdidos.

Se dice que una de las crisis de la iglesia cristiana en estos tiempos es la pérdida de la pasión por evangelizar, por ganar a los no convertidos, y se ha caído en un estado de autosatisfacción y egoísmo en donde “Sólo yo importo”. De ahí la gran aceptación de los mensajes de “Prosperidad” y de “Superación personal” tan de moda en la actualidad.

Pero es necesario volvernos al Señor y a la guía del Espíritu Santo.



1 comentario:

  1. Excelente explicación !!! en resumen OREMOS sin cesar esperando con PACIENCIA pero caminando en OBEDIENCIA y FE, para que el Espíritu Santo despierte en nosotros PASIÓN por los perdidos,
    DIOS LES BENDIGA AMIGO LECTOR ¡¡¡

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